Hoy, 13 de abril, se celebra el Día Internacional del Beso, una fecha que conmemora el beso más largo de la historia, que duró ¡más de 58 horas! Para celebrarlo, repasamos algunos de besos más emblemáticos del cine, las artes y la televisión. ¡Bésame, bésame muuuuuucho!
– Corría el año 1945 y cientos de personas celebraban en Times Square la victoria aliada en la II Guerra Mundial. Ese 14 de agosto el fotógrafo Alfred Eisenstaedt recogería una de las fotografías más icónicas de la historia, a la que rendimos homenaje en nuestra campaña de primavera.
– Bajo una lluvia torrencial y con Moon River de fondo, un joven George Peppard (sí, años después lo veríamos como el Hanibal del equipo A) besa a una empapada Audrey Herpburn tras rescatar un gato callejero en Desayuno con Diamantes. Inolvidable.
– El beso adúltero de Deborah Kerr y Burt Lancaster abrazados por las olas en una playa desierta en De aquí a la eternidad se ha convertido en uno de los más emblemáticos del séptimo arte. La mítica escena ha sido recreada en numerosos filmes. Bonus track: imperdible el homenaje de Shrek y Fiona.
– El beso es una de las obras más famosas del pintor austríaco Gustav Klimt. Realizada en óleo sobre lienzo, para su ornamentación el artista utilizó oro y plata. Según los rumores de la época, los amantes no son otros que el propio Klimt y su pareja, la diseñadora de moda Emilie Flöge.
– Otra célebre imagen, obra del francés Robert Doisneau, vio la luz por encargo de la revista Life, que pidió al fotógrafo una imagen que recreara el amor en el París de posguerra. Doisneau imortalizaría una pareja besándose apasionadamente, ajenos al mundo, frente al ayuntamiento de París. Años más tarde se sabría que la escena no fue espontánea, sino que los protagonistas eran actores a los que el autor había abordado en la calle.
– Minutos antes de que España entera se fuera de borrachera saliera a celebrar el triunfo de la roja en el Mundial del 2010, un emocionado Iker Casillas besaba ante las cámaras a su novia y reportera de Telecinco Sara Carbonero, regalándonos uno de los más grandes momentazos televisivos de todos los tiempos.
– La magia de un beso ha sido fuente de inspiración para todas las artes: en las plásticas, y más en concreto en la escultura, esta llegó a su máxima expresión con el beso de Rodin, una gran pieza de mármol en la que un hombre y una mujer se funden en un apasionado beso: tanta sensualidad desprende que el autor fue acusado de obsceno por sus coetáneos.